lunes, 21 de diciembre de 2015

Palabras de Jaime Ochoa Ochoa para presentar el libro "Poemas reunidos", de Julio Cano Montoya

Damas y caballeros, buenas tardes,

Salve al esfuerzo de mis heroicos
y buenos hijos que con amor,
me dieron nombre, me dieron fama,
me hicieron grande, me dan honor.

Al recio empuje de los titanes
de la montaña, bajo este sol
como la Venus de las espumas
surgí del bosque, del hacha al son.
Y fui creciendo por el influjo
de su amorosa solicitud
hasta forjarme gentil y bella
llegada apenas mi juventud.

Vivo orgullosa de mis mujeres
y de mis flores que hermanas son
por los encantos y por las galas
y los efluvios del corazón.
Y de mis brisas y de mis fuentes
y de mi cielo en la inmensidad
bebí con ansia lo que en la vida.
mi lema ha sido: LA LIBERTAD.


Versos, conocidos y cantados por todos los asistentes a este acto y en todos los eventos que representan la dignidad de nuestra amada ciudad, Pereira, donde encontramos como característica especial, que es la ciudad la que canta la gloria de sus hijos, cuando lo habitual en otros himnos, otras ciudades y otros países ha sido el que sus hijos canten las glorias de la ciudad o de su país, y que fuera adoptado como Himno Oficial de Pereira, con música del compositor santandereano Luis A. Calvo, por Acuerdo 39 del 19 de octubre de 1923, por el Honorable Concejo Municipal, presidido por donJulio Rendón Echeverri, siendo Alcalde el señor Benjamín Ochoa C.


Por ello es muy importante rescatar para la memoria histórica de Pereira la obra literaria Poemas reunidos, del dentista de profesión y poeta por naturaleza, Julio Cano Montoya, nacido, posiblemente en esta ciudad, alrededor del año 1877 y fallecido en la misma el 16 de diciembre de 1929, cuando en siete días conmemoraremos 86 años de su ausencia física pero presente hoy con los Poemas reunidos, 1902-1929.  

Películas favoritas: cuando el rollo se escuchaba en la octava con 28

Palabras de John Harold Giraldo, para presnetar el libro "Pleículas Favoritas", el 9 de diciembre de 2015, en la Biblioteca Pública Municipal Ramón Correa Mejía.

“En el mundo de los teatros de Cine, los antiguos proyeccionistas tenían una forma contundente para catalogar películas y espectadores, ellos decían: “en el horario de tres pm hay que ver el cine solo, a las seis acompañado, y, a las nueve pm hay que verlo ¡muy bien acompañado!”. De esta forma, cuando les llegaba la copia de la película que iban a proyectar, y después de darle una rápida e íntima mirada al afiche y a los fotogramas de la cinta, se atrevían a vaticinar cuál sería el horario de mayor éxito para el filme en cuestión”.
Del libro Mis películas favoritas

Por: John Harold Giraldo Herrera

Cuando terminé de leer el libro de Jaime Andrés Ballesteros, tuve de inmediato una especie de peste conservadora: no era la de creerme un zombi, ni la de estar poseído por alguna enfermedad pegajosa, sino que me invadía la nostalgia y tuve la idea de que me habían pasado muchos años. Bueno no es una idea, en realidad el tiempo transcurre tan puntual que ya ni lo notamos. El cine para la ciudad de Pereira, se ha convertido en un acompañante de quienes padecemos de cinefilia. Y al tiempo es un gran ojo para conectarnos con el mundo global. En Pereira, unos extraños jóvenes, con ideas libertarias y prodigiosas, tuvieron la idea de rendirle tributo a uno de esos escritores únicos en su especie, que filosofan con historias, y que rumian cerebros con la palabra, un fatigador de laberintos y diversas parábolas, un teólogo de la ficción, como lo definiera el investigador y profesor Alberto Verón. Ese mismo, con un nombre sonoro y que al nombrarlo cubre el ambiente con ciertos enigmas: Jorge Luis Borges. Tan de la cultura universal como de la latinoamericana, tan del lunfardo como de los relojes ingleses. En fin, Cine Club Borges hizo que el rollo del séptimo arte, tuviera una cueva platónica donde los sueños se fabrican, idealizan y se pervierten.



Entonces, el libro Mis películas favoritas ganador de la convocatoria de Estímulo 2015 del Instituto de Cultura y fomento al turismo de la ciudad de Pereira, es un recuento de cómo barajar y barajarse en la pantalla grande, cómo vivir untado de la sustancia que ancla retinas y mantiene vivas las entrañas de los deseos. A veces tuve la predicción de estar leyendo una especie de autobiografía, pero nada, cualquier señalética sobre un libro, no son más que caprichosas subjetividades, y una forma de sostener discursos de sentido insignificantes. Vivir la lectura, de modo pasional y sin ningún interés máxime el de disfrutar las letras, se convierte en un encanto, y en un privilegio, que debiéramos de defender. Es un modo de la resistencia el ser lector, como lo dice el escritor Ángel Galeano, en su libro las siete muertes del lector.

martes, 15 de diciembre de 2015

VIDA SECRETA DE LAS PALABRAS DEL LIBRO “PELÍCULAS FAVORITAS”

Palabras del autor del libro "Películas favoritas", Jaime Andrés Ballesteros Aguirre, en la presentación de los libros ganadores de la Cuarta Convocatoria Municipal de Estímulos 2015, el 9 de diciembre de 2015, en la Biblioteca Pública Municipal.


“El cine se ve en el horario de 3 pm solo, a las 6 pm acompañado, y, a las 9 pm hay que verlo ¡muy bien acompañado!”, esas fueron las contundentes palabras que me regaló don Albeiro, un proyeccionista de los de antes, de los que comenzaron presentando cine en proyectores que funcionaban con carbón. Cuando digo proyeccionistas de los de antes, quiero decir de los verdaderos, pero como casi todos ya son fantasmas, incluyéndolo a él, no sé si el calificativo funcione. En todo caso me las regaló un día de la última semana de marzo del 2001, semana en la que se inauguró un pequeño teatro de madera que acogió aquella conversación. Guardé esas palabras de una forma especial, quizá porque el oído era el último de los sentidos que mantenía en buen funcionamiento,ya que los demás se habían atrofiado por la atmósfera de aserrín en la que tuve que vivir por esos días de construcción de sueños. De todas formas no me resultó difícil guardarlas, porque me las dijo en la cabina de proyección del pequeño teatro Cinema Paraíso, en la sede del Cine Club Borges, un cofre perfecto para atesorar palabras.

Esas palabras regaladas, fueron la semilla del libro de cuentos que se presenta hoy.

Eso ocurrió en la carrera octava entre calles veintisiete y veintiocho, en una cuadra verdadera, de las de antes… De las de antes del Megabus, justo en la frontera entre dos centros citadinos, en la cuadra que separaba la Pereira del comercio válido pujante, de la Pereira de los billares y prostíbulos, también pujantes.
Luego, como no salí de ese cofre por los siguientes años, envalentonado por el tiempo, hice mías las palabras al aire de don Albeiro, y las convertí en otra cosa… Las convertí en apuntes temblorosos. En el Borges estuvieron por varios años, temerosas, escondidas entre otras palabras escritas menos amables: entre muchas cuentas por pagar, algunas por cobrar, y entre recibos contables de diferentes pelambres. Hasta que se escaparon del cajón de los papeles importantes pero que no se sabe muy bien qué hacer con ellos; y de tanto buscarlos, empecé a ver aquellos apuntes hechos carne, materializados en los espectadores que visitaron la sede del Cine Club Borges por años.



Más tarde, cuando se cerró el pequeño teatro de madera, empecé a escribir una novela, quizá por la apremiante necesidad de seguir guardando palabras, y entonces los apuntes hechos carne, los aprisioné en el papel, y se convirtieron en capítulos de novela. Pero eso fue por poco tiempo, porque de nuevo se escaparon, y cerré el manuscrito sin ellos, condenándolos a la categoría de palabras sobrantes.

Esta habitación donde el universo canta

Palabras del autor del libro "Las Cicatrices de la Luz", Juan Sebastián Emanuel Sierra Álvarez, en la presentación de los libros ganadores de la Cuarta Convocatoria Municipal de Estímulos 2015, el miércoles 9 de diciembre de 2015, en la Biblioteca Pública Municipal Ramón Correa Mejía


El viaje hacia el poema es más importante que el poema”. Juan Rulfo.

Buenas tardes, primero quiero manifestar mi gratitud a Rubén Darío Sierra Montoya, mi padre, quien con su testimonio de amor y con su apoyo ha hecho posible este viaje de las palabras, así mismo agradezco a mi familia, y a Carolina, por ofrecerme la calidez del hogar, y finalmente agradezco al Instituto Municipal de Cultura y fomento al Turismo de Pereira, por impulsar y desarrollar estas Convocatorias de Estímulos que tanto bien hacen a la vida cultural de la ciudad.



Con este, mi  primer libro, “Las Cicatrices de la Luz”, nazco al mundo de la literatura publicada aunque escribir haya sido para mí una especie de peregrinaje, que va más allá de la relación carnal con las palabras, ya que, como dice Carlos Drumond de Andrade, muchas veces el poeta vive con sus poemas antes de escribirlos.

Quizás el poeta recuerda a cada paso, aquello que se niega a olvidar, y en ese proceso, hace cálido el lenguaje que emplea para su oficio. Aunque solo del trabajo se alumbra la poesía, esta como las aves solo se posa donde el paisaje ofrece el calor que fecunda.

Por tanto, la poesía más que arte, es esencia, el concierto de soberanías íntimas que el papel recibe, como esa hoja de árbol que recoge la lluvia de una tormenta: el lenguaje de la belleza que dice la verdad, y a partir del cual los hombres oponen un mojón de pasión a los límites de la razón y de la muerte.

Ahora algunos afirman que vivimos en la “Modernidad Informática”, y sostienen que habitamos un mundo “Moderno”, en virtud de los grandes avances de la ciencia que le han permitido al hombre dominar la naturaleza, volar como las aves, nadar como los peces y encontrar curas contra enfermedades que se creían incurables; y, finalmente, sostienen que es “Informática”en la medida que éste mundo globalizado, sólo puede interpretar las relaciones humanas, en el empleo constante de las redes sociales, las computadoras, y todo tipo de herramientas digitales.