Damas y
caballeros, buenas tardes,
Salve al
esfuerzo de mis heroicos
y buenos
hijos que con amor,
me dieron
nombre, me dieron fama,
me hicieron
grande, me dan honor.
Al recio
empuje de los titanes
de la
montaña, bajo este sol
como la
Venus de las espumas
surgí del
bosque, del hacha al son.
Y fui
creciendo por el influjo
de su amorosa
solicitud
hasta
forjarme gentil y bella
llegada
apenas mi juventud.
Vivo
orgullosa de mis mujeres
y de mis
flores que hermanas son
por los
encantos y por las galas
y los
efluvios del corazón.
Y de mis
brisas y de mis fuentes
y de mi cielo
en la inmensidad
bebí con
ansia lo que en la vida.
mi lema ha
sido: LA LIBERTAD.
Versos, conocidos y
cantados por todos los asistentes a este acto y en todos los eventos que
representan la dignidad de nuestra amada ciudad, Pereira, donde encontramos
como característica especial, que es la ciudad la que canta la gloria de sus
hijos, cuando lo habitual en otros himnos, otras ciudades y otros países ha
sido el que sus hijos canten las glorias de la ciudad o de su país, y que fuera
adoptado como Himno Oficial de Pereira, con música del compositor santandereano Luis A. Calvo, por Acuerdo 39 del 19 de
octubre de 1923, por el Honorable Concejo Municipal, presidido por
donJulio Rendón Echeverri, siendo Alcalde el señor Benjamín
Ochoa C.
Por ello es muy
importante rescatar para la memoria histórica de Pereira la obra literaria Poemas
reunidos, del dentista de profesión y poeta por naturaleza, Julio
Cano Montoya, nacido, posiblemente en esta ciudad, alrededor del año
1877 y fallecido en la misma el 16 de diciembre de 1929, cuando en siete días conmemoraremos 86 años de
su ausencia física pero presente hoy con los Poemas reunidos,
1902-1929.
Eran don Julio Cano Montoya y Rafael, su
hermano, quien también tejía versos galanos, hijos de don Delfín
Cano Uribe, primer médico no graduado que ejerció en Pereira y dueño
de la primera farmacia que existió en la ciudad; pertenecían al clan de los Cano de El
Espectador, fundado por don Fidel Cano Gutiérrez, familia
en la cual estaban María de los Ángeles Cano Márquez, precursora,
con el pereirano Ignacio Torres Giraldo, del comunismo en
Colombia y Luis Tejada Cano, quien inició en nuestra ciudad su
espléndida y elogiada carrera de cronista.
Se ha
escrito que don Julio Cano Montoya dejó dos obras poéticas
editadas, una es Brotes de rebelión, de la Tipografía Nariño,
en 1914, y la otra esVoces sumisas, de la Tipografía Nariño, en
1917. Desafortunadamente ninguna de estas obras ha sido posible encontrarla a
pesar de los enormes esfuerzos realizados por distintos investigadores durante
mucho tiempo. Conservamos la esperanza de hallar estas verdaderas joyas de la
historia literaria de don Julio y de Pereira.
Su
obra poética fue publicada en diversos periódicos y revistas de la ciudad como El
Esfuerzo, La Palabra, Polidor, Bien Social, El Diario y
en laRevista Variedades, estas dos últimas dirigidas por don Emilio
Correa Uribe. Esto explica que los poemas hoy editados fueron
publicados originalmente en estos medios. Algunos de esos poemas, tienen fecha
y los primeros datan de 1902.
Escribía
don Julio unos versos románticos y desesperados, de la escuela
modernista de José Asunción Silva y con una altísima
influencia del romanticismo tardío del poeta Julio Flórez, quien
había visitado nuestra ciudad, acompañado del compositor Emilio
Murillo.
Su
amor a la madre es reiterativo en los poemas, al igual que el amor que le
profesaba a su ciudad. Melancólico y fúnebre como Julio Flórez. Liberal
radical, procedente de familia antioqueña desplazada del hegemonismo
conservador paisa, fue un poeta altivo, como lo dice uno de sus poemas, reflejó
con duras críticas la situación social y política del país.
Quedan
testimonios de algunos poetas locales, quienes dejaron su labor poética en los
periódicos y revistas de la época. En los medios antes mencionados, según el
historiador Hugo Ángel Jaramillo, aparecieron poemas de Eduardo
Gallego, Antonio J. Quintero, Gertrudis Mejía de Montes, Jorge Velásquez,
Fortunato Gaviria, Germán Duque, Antonio F. Grillo, J. B. Posada Campo, Manuel Felipe
Calle, Eduardo Martínez Villegas, alguien
con el seudónimo “PIC”, aún desconocido, y por
supuesto, Julio Cano Montoya.
En la
ciudad de Manizales residía el poeta pereirano Aníbal Arcila, “El
dulce cantor de la melancolía”, cronológicamente el primer poeta
pereirano. Sus dos libros constituyen las dos primeras obras literarias salidas
de la pluma de un pereirano, según Euclides Jaramillo Arango. Es
un poeta de grata recordación por su buena poesía, acabó con su
vida por propia voluntad, en 1915, y de quien tampoco se ha recopilado ni
publicado su poesía, aunque al parecer quedan dos libros publicados
póstumamente: En la penumbra y Ritmos del silencio, otra
búsqueda necesaria para la reconstrucción de nuestra historia literaria. “El
11 de octubre de 1915, se fue, ave migratoria, camino de lo inescrutable, en
busca de horizontes extraños, fantasmagóricos, de matices de espectro, por
donde cruzan en astrales danzas las sombras de las almas, para recrear la suya,
delicada y sutil...”, nos dice sobre Arcila el escritor manizaleño Gilberto
Agudelo.
De los
poetas citados, queda en la memoria colectiva de nuestra ciudad el nombre del
poeta Julio Cano Montoya, pues él le rindió sus más altos
honores, al escribir la letra para su himno oficial, motivo más que suficiente
para que hoy la ciudad agradecida, le rinda a este poeta un merecido homenaje
en retribución a su obra y es además una compensación histórica porque
recuperar su obra literaria es la mejor forma de enaltecer ese nombre y
rendirle los honores a quien amó la ciudad y la exaltó con sus versos. Otros
poetas, otras voces surgieron en el panorama literario regional posterior a
esta época como fueron Lisímaco Salazar y Luis Carlos
González Mejía, quienes continuaron los caminos para las nuevas generaciones
de poetas y escritores de la región.
Reunido
el jurado calificador del Premio de Estímulos, 2015, quiso hacer una Mención
Especial a la obra Poemas Reunidos 1902 – 1929, de
Julio Cano Montoya y le pidió al Instituto Municipal de Cultura y Fomento al
Turismo, contemplar la posibilidad de publicar también esta obra para
enriquecer el patrimonio local y nacional con las creaciones artísticas y
literarias de los autores más valiosos de nuestra intelectualidad. Julio Cano
fue de uno de los primeros poetas de la ciudad.
Cautiva
por el excelente manejo del lenguaje, por el rigor para analizar los temas y
por la sensibilidad desplegada en ellos. El manejo de diversas estructuras en
la construcción del poema, lo hacen un romántico modernista, digno de
conocerse.
Julio Cano es además, un símbolo de la ciudad, al
haber sido el autor del himno oficial de la ciudad de Pereira… Cano escribió
poemas de carácter religioso y unos cuantos con letras de amor. Sin duda, la
fortaleza de este conjunto de poemas, es su originalidad”.
Ahora
solo resta agradecer al Instituto de Cultura y Fomento al Turismo de Pereira,
al doctor Álvaro Trujillo Mejía, su director, por incluir esta
obra en la Colección de Escritores Pereiranos, a la familia Cano, descendientes del poeta Cano
Montoya, especialmente a la Sra. Gloria Cano Palacio y
al Sr. Gabriel Jaime Cano Palacio, por permitir el
consenso de su familia para la postulación a la Convocatoria de Estímulos y la
publicación dePoemas reunidos, 1902-1929, al señor Mauricio
Ramírez Gómez, por su valioso aporte para la edición de la obra, y
para todos ustedes, apreciados amigos, nuestros agradecimientos por su
presencia y la recomendación de entrar en un mundo con algo de más de cien años
de palabras suspendidas en el tiempo y que hoy se vuelven realidad con el
mágico trajinar de las imprentas que hacen verdad los sueños de los
poetas.
Muchas gracias.
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